published on in Ocio

Luz y gemelos

Me es obligado venir, cada poco tiempo, a Cádiz. Es una adicción que – con eterno agradecimiento – mi compañera me ha pasado. Los dos nos maravillamos con la increíble luz de esta zona que tan bien mis recarga las pilas…quizá demasiado, y me explico:

Esa natural vitalidad que generan las vacaciones ha lanzado avante mis endorfinas y he empezado a hacer algo más de deporte, entrando al agua con mi 6.9 a cada rato y llegando ayer a echar unas carreras con Olivia (mi perra de aguas) por la playa. Pero ay! Ni estamos ni tan jóvenes ni tan en forma como hace unos años y el sobreesfuerzo se paga. Ahora mismo estoy sentado en un sillón con la “pata tiesa” y una contractura de caballo en mi gemelo izquierdo.

Eso sí, la luz es una maravilla y recibo todos los mimos de un enfermo veraniego 🙂

…y de fondo, Camarón!

comments powered by Disqus